El propósito más significativo posible
Una breve historia que no te han contado aún.
Tienes que recordar que nuestras vidas actuales están en piloto automático, y que muchas veces ni siquiera nos damos cuenta de aquello.
Nos hemos presentado ante la vida y hemos hecho las mismas cosas, una y otra vez.
Tenemos el hábito de crear los mismos resultados. Y la mayoría de las veces esos resultados no son los mejores para nosotros.
Hasta ahora, los seres humanos hemos decidido motivarnos a nosotros mismos y a los demás a través de la culpa, la crítica, el miedo y la vergüenza.
Se nos ha enseñado a pensar sobre nosotros mismos de forma negativa. Nuestras necesidades y deseos más profundos han sido reprimidos. Se han convertido en nuestro yo repudiado, todo aquello que juzgamos de los demás y del mundo.
Como consecuencia desarrollamos mecanismos psicológicos, saboteadores, que nos recuerdan día a día que somos insuficientes.
Entonces, nos convertimos en expertos complacientes, sacrificamos nuestras vidas para complacer los deseos del sistema y del mundo para obtener nuestra valía. Pero nunca es suficiente.
Aparte de los condicionamiento que recibimos desde temprana edad, también estamos condicionados por la naturaleza de nuestro cerebro humano que tiene una inclinación hacia lo negativo.
Nuestro cerebro evolucionó para aprender rápidamente de las malas experiencias y lentamente de las buenas para poder sobrevivir. Es por eso que se nos hace más fácil preocuparnos sobre las opiniones de los demás que disfrutar del calor de un aprecio.
La vida no es fácil, y tener un cerebro programado para asimilar lo malo e ignorar lo bueno nos hace estar preocupados, irritados y estresados, en lugar de confiados, seguros y felices.
Los condicionamientos y la naturaleza de nuestro cerebro humano son las principales causas por las cuales auto-saboteamos constantemente nuestras vidas y nuestros sueños y es por eso que creo que es importante contar esta historia.
Escribamos una nueva historia
Partiendo de la base de que nadie nos ha enseñado a pensar, sentir y actuar de forma deliberada, nuestra mayor barrera hoy en día es nuestra incapacidad para imaginar una vida alternativa, imaginar lo que es posible.
Nuestro sentido de insuficiencia, el miedo, la culpa y la vergüenza son los principales sentimientos condicionados que nos impiden conectar con nuestras necesidades y deseos más profundos.
¿Son estos los conjuntos de creencias que quieres creer? ¿Te parece que estos conjuntos de creencias te están dando resultados beneficiosos?
¿Qué conseguirías si decidieras creer de forma diferente? ¿Cómo sería si no asumieras que tienes que usar la culpa, la vergüenza y la crítica para motivarte? ¿Cómo sería si no asumieras que tienes que demostrar constantemente tu valía para justificar tu existencia
¿Qué pasaría si todo esto es justo lo que te han enseñado y nunca lo has cuestionado?
Podemos cambiar todo esto. Cada día está lleno de oportunidades para construir fortalezas internas necesarias para redefinir la historia que se nos condicionó a creer y para reconfigurar la naturaleza primitiva de nuestro cerebro por una con propósito.
Tenemos que aprender a pensar, sentir y actuar deliberadamente.
Y para hacerlo, no puedes forzar la acción creando nuevos hábitos, tienes que cambiar tu cerebro. No puedes vencer a tu cerebro con la acción. Tienes que cambiar tu cerebro y entonces la acción fluye.
Reprogramar tu cerebro de condicionamientos sociales y de su inclinación hacia lo negativo es una habilidad.
Es algo que todos tenemos que aprender.
Si llegamos a entender un poco el cerebro, podemos cuidar mucho nuestra vida y marcar una verdadera diferencia en nuestro bienestar.
Tenemos que aprender a redefinir nuestras creencias limitantes. Tener la capacidad de imaginar e influenciar nuestras propias ideas como posibles alternativas.
Decide cómo quieres vivir tu vida, y luego practica vivirla de esa manera.
Redefinir la historia que vives. Comprenderte a ti mismo y saber lo que funciona para ti, es revolucionario. Es revolucionario vivir una vida de manera que te beneficie.
Tu vida no es un problema que requiera una solución.
Nuestra condición es ser ambiguos hasta la médula, y nuestra tarea es aprender a gestionar el movimiento y la incertidumbre en nuestra existencia, no desvanecerla.
La virtud consiste simplemente en regular tus acciones, emociones y pensamientos para crear beneficios en lugar de perjuicios para ti y para los demás.
Aprende a utilizar el poder oculto de las experiencias cotidianas para construir nuevas estructuras neuronales llenas de felicidad, amor, confianza y paz. Aprende a ver a través de las mentiras que te dice tu cerebro.
Cultiva en tu cerebro fortalezas, como el valor, la gratitud y la compasión, que son clave para la resiliencia y el bienestar duradero en un mundo cambiante. Necesitamos resiliencia todos los días para criar a una familia, trabajar en un empleo o en tu negocio, hacer frente al estrés, lidiar con los problemas de salud, navegar por los problemas con los demás, sanar de un viejo dolor, y simplemente seguir adelante.
Todos los días tienes la oportunidad de transformar tu cerebro en un refugio y un centro de poder de calma y felicidad.